Estábamos actuando en la sala de espera y un médico que pasaba nos dijo: “Quiero contar un chiste”.
Los payasos lo incluimos en la escena, hizo su chiste y se fue.
“El aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo”, dice el proverbio chino. Esta vez no fue del otro lado del mundo sino al lado de nosotros mismos.
Un médico se apropió de la sala de espera, hizo un esporádico stand-up express, jugó, y siguió su camino.
Nuestras narices también tienen su miniefecto mariposa.