Siempre hay una oportunidad más para jugar

Ese día nos tocaba visitar la sala de internación en la que estaba Diego, un niño de unos 3 o 4 años al que conocíamos desde hacía unos 15 días. Usualmente cada vez que yo, el Dr. Riten, aparecía por la sala él se escondía o le pedía a su mamá que me fuera. Sin …

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